No se te ocurra hacerlo

Más allá de su potencial terapéutico, los dientes de leche también despiertan un notable interés en otros campos del conocimiento. Investigadores dedicados a la evolución humana y la antropología consideran estas piezas como auténticos archivos biológicos. Desde 2014, el Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, con sede en Burgos, ha reunido miles de dientes infantiles procedentes de distintas regiones de España. El objetivo es analizar patrones de crecimiento, enfermedades dentales y rasgos evolutivos presentes en las poblaciones actuales.

Universidades y asociaciones científicas trabajan además en proyectos que buscan estudiar el dismorfismo sexual, la estructura de la dentina y otros aspectos morfológicos que pueden resultar útiles tanto para la investigación evolutiva como para el ámbito forense. Estos estudios demuestran que el valor de los dientes de leche va mucho más allá de la odontología infantil.

Aun así, los expertos son claros al marcar límites. Nadie debería pensar que hoy es posible curar enfermedades complejas únicamente a partir de las células de un diente. Como explica Montero, una cosa es conocer el potencial de estas células y otra muy distinta es poder aplicarlo de manera generalizada. El camino científico es prometedor, pero todavía requiere tiempo, investigación y desarrollo.

Por ahora, lo que sí puede afirmarse con certeza es que la pulpa de un diente de leche representa una reserva biológica con enormes posibilidades. Conservarla no garantiza una cura, pero sí constituye una inversión en salud y conocimiento que podría marcar la diferencia en el futuro.